sábado, 30 de enero de 2010

LA PRIMERA NEVADA


Parece que fue ayer, cuando mi mujer y un servidor, decidimos dar un giro a nuestras vidas. Cansados de vivir en una ciudad, estresados hasta la saciedad, y cansados de ver a todas horas gente moviéndose sin pausa. Tomamos una de las decisiones más importantes de nuestras vidas. Buscamos un tranquilo pueblo de montaña, con pocos vecinos, aire puro, sin contaminación de ningún tipo, rodeados de montañas rebosantes de árboles bajo los cuales, un manto multicolor de flores, vamos parecía mas a un anuncio de chocolate suizo. Así transcurrían nuestros felices dias.



Llego la primera nevada, todo estaba blanco, tan solo unos hilos de humo, indicaban la situación de las cuatro casas que componían el pueblo. Verdaderamente, aquello era paz y tranquilidad. Llamamos a todas nuestras amistades de la maldita urbe, para contarles tan ilidica postal y la buena elección de nuestro cambio de vida. Limpie la entrada de la casa y me paso el día mirando por la ventana, empañada por el calor de la chimenea. Tuvimos que sacar el pan del congelador, el panadero no pudo venir. Al día siguiente, seguía nevando y volví a llamar a nuestras amistades para ponerles los dientes largos de nuestra situación, volví a limpiar la entrada, me costo mas quitarla pues la nieve alcanzaba ya los tobillos. El panadero seguía sin poder venir, terminamos nuestra última barra.



Me he acercado a casa del vecino, me a costado entre ida y vuelta tres horas, la nieve impide casi caminar, y para colmo el tampoco tiene ya pan. Lo peor es que me ha indicado que este temporal puede durar más días. He vuelto a limpiar la nieve acumulada de la entrada, ya me llega a los cataplines. Sigue nevando llevamos 6 días nevando, se ha ido la luz consecuencia de ello nos hemos comido todo lo congelado, la leña se acabo ayer, menos mal que no tengo que limpiar la entrada, la nieve llega al primer piso y salimos a respirar aire puro por la ventana, pues olemos a ahumado como el salmón. La moquita, consecuencia del tracazo que hemos cogido, parece un carámbano. En la vida hemos estado tan juntos mi mujer y yo como ahora. Llevamos doce días y sigue nevando, no podemos salir por la ventana, tan solo podríamos por la chimenea pero es pequeña. Cuando termine de nevar me vuelvo a estresar y contaminarme a la ciudad, lo juro.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola soy Adrian, he visto tu blog y es impresionante, FELICIDADES