lunes, 28 de diciembre de 2009

PERAS AL VINO

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

4 Peras tipo “blanquilla”

½ l Vino tinto de la Ribera del Duero

4 Cucharadas de azúcar

1 Cucharadita pequeña de canela en polvo (o 1 ramita)

Pelamos las peras con cuidado de no quitarlas el rabillo.

Las colocamos en un cazo en el que estén bien juntitas.

Añadimos el vino de la Ribera del Duero (o de otra denominación de origen), el azúcar y la canela.

Llevamos a punto de ebullición, bajamos a fuego lento, tapamos y dejamos cocer 20 minutos.

De vez en cuando destapamos y volteamos las peras para que se vayan “tintando” con el vino.

Sacamos las peras y dejamos que reduzca la salsa hasta que adquiera una textura de caramelo.

Dejamos templar y servimos frías.


CARTA A SANTA CLAUS

CARTA A SANTA CLAUS

A pesar de que sea un poco mayor para escribirte cartas de este tipo.En primer lugar decirte que somos un país de tradición católica, por mucho que el marquetin y algunos se empeñen en combatir.Por ello, ya puedes suponer que soy mas de Reyes Magos.Quisiera pedirte que pongas algo de tu magia en llevarte a Laponia eso de la crisis económica, que ya esta bien de soportar la inoperancia y el tuya-mía de los que nos han hecho ir a la quiebra.Tambien te pediría, de corazón,que le digas a la Belén Esteban que sigue siendo la misma a pesar de los retoques de cirugía.Es de suponer que el año nos traerá sorpresas, alegrías, y maldiciones, seguro.El Gordo y el Niño pasaran como llegaron, con ilusión para la mayoría.. Que nos subirán los impuestos nada mas tocar las campanadas, como siempre…Que nos seguirán diciendo que esto tiene solución a pesar del subidon del paro y de la paciencia del electorado…Que uno no es tonto. Y, si no, al tiempo. Por ultimo, quiero pedirte lo de siempre, al menos es un deseo; Paz en el mundo y Fin de la pobreza


CONTRASTES




31 DE DICIEMBRE


Y ahí estábamos, tirados en el sofá intentando trazar un plan que fuese mejor que acabar en cualquier pub barato con barra libre, o acudir engalanados a un exquisito salón más farandulero que glamoroso, en el que te reciben con una copa de champán y no tienes espacio ni para dejar la chaqueta.Qué difícil resulta a veces encontrar una buena alternativa a las nocheviejas tradicionales. Cuando allá por octubre a alguien se le ocurre preguntar qué se va a hacer para fin de año, todo el mundo le replica que aún falta mucho tiempo y que ya se verá, enseguida se hace principios de diciembre y entonces a todo el mundo le entran las prisas. "Podríamos ir a una casa rural"; y cuando buscas te das cuenta de que ya está todo ocupado y lo más parecido es un viejo caserón medio en ruinas, en un pueblo perdido de Extremadura, sin luz ni agua corriente... ideal para aventureros, aunque hay que tener en cuenta que las ventanas no tienen cristales. "Podríamos ir a Madrid a la Puerta del Sol"; sí, a todo el mundo le parece muy bien, pero nadie se pone de acuerdo, porque unos quieren ir en coche, pero todos quieren beber; unos quieren reservar un hostal y otros pasarse toda la noche de fiesta o incluso dormir en cualquier sitio.Cuando estas propuestas fallan ya se presiente la fatalidad en el ambiente: "bueno, si no sale nada siempre podemos ir a tal fiesta que organiza un amigo mío.Por lo visto, alguien desde las alturas se apiadó de nosotros y nos mandó una solución en forma de periódico caducado. Ahí estaba encima de la mesa, sin que nadie le prestara atención. Menos mal que el aburrimiento me llevó a ojearlo con desinterés, porque sino no habría descubierto en la esquina inferior izquierda de una página impar, un pequeño anuncio de una de estas compañías aéreas de bajo coste, que ofrecen vuelos por el precio de dos entradas de cine.Ya podía imaginar estar tomándome las uvas bajo el gran campanario dorado, con el rió que segmenta la ciudad a mis espaldas. Ya sentía la emoción de la cuenta atrás, los gritos de la gente, seguidos del silencio nervioso que acompaña a la primera campanada. Veía la lluvia de confeti y serpentina cubriendo el cielo, las luces, los colores, podía sentir los achuchones con esos desconocidos que hablaban inglés.

Una voz desde lo alto me sacó de mis pensamientos:

"Calling all passengers. Last call for flight EY-1459 to London"