lunes, 17 de enero de 2011

ME CAGO EN INTERNET

Estoy un poco cabreado con Internet. Últimamente no me llegan al correo más que mensajes en plan, “Sr. Javier, olvídese de la impotencia” o esos de “basta de complejos por tener un miembro pequeño”, o peor aún “no volverás a dejar a tu pareja insatisfecha en la cama”, dando por hecho más cosas de las recomendables (especialmente si eres ordenador, con lo propensos que son los pobres a caerse por las ventanas), y ofreciéndome mucho Viagra por toda solución.Eso por no contar los de crecepelos milagrosos y los que me ofrecen soluciones para crecer. Está muy bien eso de empezar el día frente a un aparato que, muy sutilmente, eso sí, te llama impotente, calvo y bajito. Qué desagradable.
Por lo menos yo no me paso el día cogiendo virus, le digo a veces en plan sarcástico, pero luego pienso que hubiera sido mejor ignorarle, porque empezar el día oyéndote hablar con un ordenador tampoco es de esas cosas que le suban a uno la moral. Un amigo empezó así y ahora le compra lencería a medida al disco duro y está buscando alguien que los case en Silicon Valley. Deja, qué lío.
En estos días que empiezan torciéndose, lo mejor es darse un buen homenaje gastronómico. Vale lo de impotente, calvo y bajito, pero nunca podrán llamarme flaco.