martes, 4 de mayo de 2010

PONTE LA PULSERA, COÑO

Se me mojaron los calzoncillos cuando me entere que la cosa iba para Moncloa. Varias asociaciones del consumidor, habían denunciado las pulseras holográficas, dudaban de sus propiedades, se creyeron lo del equilibrio del organismo, se creyeron lo de la fuerza y flexibilidad, como en los anuncios decían Ronaldo y Santana, la podía haber llevado José Tomas. Yo por si acaso le envíe una.
La fe ciega me impulso a gastarme 40 Euros y enviársela a ZP. Pensé que era el más necesitado. Se la había visto puesta a Patxi López y pensé que su éxito era por la pulsera. Tenía tantas esperanzas que mi envío le llegara a ZP, que ni dormia. Un sudor frío recorrió mi cuerpo, al enterarme que ZP no se pondría la pulsera. Eche mano de las bayas de goji, esas pasas secas tibetanas. Las tomaba desde que descubrí sus propiedades contra todo tipo de males, incluso el cáncer.
Así en espera que ZP se ponga la puñetera pulsera, me senté a esperar que el placebo de las bayas, surtiera efecto. Y sino me tomare un Valium.