lunes, 30 de agosto de 2010

LA MONCLOA 40º

Puede hacer todo el calor que quiera. Diga lo que diga el mercurio, el verano se acaba. Zapatero se ha pasado agosto encerrado en la Moncloa, mas solo que la una, reflexionando o buscándose difícilmente a si mismo, y da un poco de miedo.
De todas maneras, en septiembre como los torpes, se volverá a examinar, pues le quedaron todas las asignaturas, aun llevando años repitiendo curso. Seguro que es por las malas compañías.Le hubiera sentado mejor darse un garbeo que le despejase las ideas. Respirar tanto olor a palacete cerrado no puede ser bueno. ¡Solo nos faltaba encontrarnos con un Zapatero cocido en su propia salsa! Siendo prisionero de la Moncloa no va a mejorarle ni el talante ni, sobre todo, el talento. No me imagino dándose golpes de pecho entre cortinas y alfombras de su residencia, y además, le va a faltar el empujón anímico de Rodiezmo.
El Zapa tiene a las masas descontentas y ni que hablar de los sindicalistas. Y puede que por eso tenga dolor de cabeza. Ya no se le conoce ese pedigrí de izquierdas. Hasta le van a montar una huelga general.El verdadero obstáculo lo va a encontrar en si mismo, con su costra de soberbia que no ha sabido romper y que se habrá endurecido con el encierro agosteño. Dios le coja confesado.