En el mundo virtual de Facebook, existen mogollón de variantes como en todo, una triste hamburguesa puede ser sola, con cebolla y pepinillo o completa y de varias capas y con el Facebook pasa exactamente igual. Existe el Facebook desgracia, nadie te escribe y sigues sin amigos desde hace dos años. Existe el Facebook del ganador, todo quisqui te invita a su amistad y tu muro parece el de las lamentaciones de Jerusalén lleno de notas y mensajes llenos de euforia. Existe el Facebook del educado, pero por educación nunca escribió nada en ningún muro. Existe el Facebook transvertido que cuelga una foto de perfil la de una gachi acojonante y resulta ser un viejo verde barrigudo.
Existe el Facebook playboy que llena álbumes interminables de fotos de todo el mundo y fotografías con gente que deben ser importantes pero que solo el conoce. Existe el Facebook cultural donde nos cuenta con pelos y señales los libros que lee, las pelis que ha visto, las que vera y las que se estrenaran. Existe el Facebook comunicador que comenta con veracidad la realidad desnuda de su pensamiento sobre temas de actualidad. Existe el Facebook tipo retro con enlaces a videos de Luis Aguile o Nino Bravo.Y así podríamos enumerar tantos como de si diera nuestra imaginación. Pero antes de terminar no podía pasar por alto el mas sublime, el Facebook del fantasma que en su muro escribe su padre ya fallecido “Te espero hijo mío” por lo que imagino que su padre también esta en esto del Facebook.
Y como te líes con la gran cantidad de juegos que tiene, ni te cuento. Te dan las cinco de la mañana plantando fresas y buscando vecinos. Es como una droga, que engancha
En el mundo virtual de Facebook, existen mogollón de variantes como en todo, una triste hamburguesa puede ser sola, con cebolla y pepinillo o completa y de varias capas y con el Facebook pasa exactamente igual. Existe el Facebook desgracia, nadie te escribe y sigues sin amigos desde hace dos años. Existe el Facebook del ganador, todo quisqui te invita a su amistad y tu muro parece el de las lamentaciones de Jerusalén lleno de notas y mensajes llenos de euforia. Existe el Facebook del educado, pero por educación nunca escribió nada en ningún muro. Existe el Facebook transvertido que cuelga una foto de perfil la de una gachi acojonante y resulta ser un viejo verde barrigudo.
Existe el Facebook playboy que llena álbumes interminables de fotos de todo el mundo y fotografías con gente que deben ser importantes pero que solo el conoce. Existe el Facebook cultural donde nos cuenta con pelos y señales los libros que lee, las pelis que ha visto, las que vera y las que se estrenaran. Existe el Facebook comunicador que comenta con veracidad la realidad desnuda de su pensamiento sobre temas de actualidad. Existe el Facebook tipo retro con enlaces a videos de Luis Aguile o Nino Bravo.Y así podríamos enumerar tantos como de si diera nuestra imaginación. Pero antes de terminar no podía pasar por alto el mas sublime, el Facebook del fantasma que en su muro escribe su padre ya fallecido “Te espero hijo mío” por lo que imagino que su padre también esta en esto del Facebook.
Y como te líes con la gran cantidad de juegos que tiene, ni te cuento. Te dan las cinco de la mañana plantando fresas y buscando vecinos. Es como una droga, que engancha
