martes, 23 de febrero de 2010

HIJOS

No hay mayor verdad, que los hijos son para siempre.

Primero son frágiles como un cristal, y pasas las primeras noches en blanco, bueno mejor dicho en negro…, noches donde los minutos son interminables.

Después con la adolescencia, cada vez más prematura, crecen sin pedirnos permiso. Llegan mas noches sin final, oyendo amores y desamores, secando lágrimas con sabor a sal. Sin darnos cuenta llega, cuando les crecen las alas y empiezan a volar. Surgen las primeras caídas sin red, y seguimos con las noches en negro…, entonces vienen la eternidad de los días y sus noches.
Recompones infinidad de veces las alas rotas de caída tras caída, le vuelves a enseñar a volar…como hicieron conmigo mis padres. Es como una historia interminable, o como el cuento de nunca acabar y siguen las noches en negro…Finges sonrisas, que se transforman en tristeza, en noches negras… sin fin, esperando la luz del día siguiente. Sigues esperando que les toque aunque sea la pedrea en la lotería de la vida. Sientes en el corazón, sus ojos sin brillo, y sus tristezas escondidas, y siguen las noches vacías en negro... Pides favores a un dios en el que no crees, pero por si acaso fuera verdad… y te escuchara, le cuentas tus silencios.
Ves decisiones erróneas que no puedes cambiar, como no pudieron mis padres y siguen las noches negras...Ves sus cuerpos zarandearse en la tormenta de la vida, e intentas alargarles la mano para que se aferren a ella, y siguen mas noches negras…Llegaran los nietos que son la ultima oportunidad de reeditar nuestro afecto, solo aprendemos a ser hijos después de ser padres, y solo aprendemos a ser padres después de ser abuelos.
Llegara un día que mi cuerpo se envuelva en un negro total y final y allí desde donde sea, si existe, seguirán noches en negro…pero siempre pensando en ellos hasta la eternidad. Tambien entonces, los minutos, los días y los años seguirán siendo eternos. Un beso hijos míos.