martes, 19 de octubre de 2010

MOVIENDO EL RABO

Sopla como casi siempre, el cierzo, un perro corre muy contento moviendo el rabo porque acaban de quitarle el cachirulo, que ha llevado durante diez días al cuello.
No lejos de allí, en un bar, una chica espera la llegada de un joven, e intuye que de este encuentro saldrá una relación duradera, pero nadie acude a la cita. No sabe que durante las fiestas aumenta en más de un 30 por ciento los plantones. Esto se debe a los atascos y principalmente a intoxicaciones etílicas, que te dejan sin saber donde estas ni quien eres.
Los hoteles están contentos por la ocupación, aunque algún turista se ha largado sin pagar la factura y dejando el mini-bar en pelotas. Los servicios de urgencias han trabajado a tope atendiendo sobredosis de calimocho y otras cosas.
La Visi ha preferido quedarse tumbada en el sofá, viendo Gran hermano. Aunque lo ha pasado bien estos días de fiestas, esta hecha unos zorros y sin un duro. Y es que diez días de fiestas, agotan a cualquiera, mental y económicamente. Su marido, imagino estará también destrozado de estar los 10 días con el taxi dando tumbos sin horario fijo. Esperaremos otro año para volver a las fiestas.
Delante de mí hay un perro que corre contento moviendo el rabo, porque las fiestas han terminado y no tiene que llevar el cachirulo. Es que el cachirulo le picaba.