lunes, 1 de marzo de 2010

EL POSTRE

Si en nuestra existencia tenemos un lado oscuro y tenebroso, eso es el postre. En los postres tenemos siempre al peor enemigo. Los cabritos de los postres nos persiguen desde el principio de los tiempos y nos perseguirán toda nuestra existencia.La prueba la tenéis en Adán y Eva. Estaban en un lugar en el que podían comer barato y de todo, vivir sin currar, no madrugar y pasear en pelota picada como si aquello fuera la villa de Berlusconi o la mansión Playboy, vamos, un desmadre. Entonces os preguntarais ¿por qué les echaron del Paraíso? , por culpa del postre. La maldita manzana fue la culpable de todo. Ignoro si era una Golden o Reineta. Lo que pasa siempre, que no somos capaces de quedarnos satisfechos con un primer plato y un segundo. Que no, siempre igual, queremos más y el postre que no falte, por dios.
Que nos queda siempre un huequecillo y dos agujeros más en el cinturón. Yo me tomaría algo dulce…, decimos siempre insensatos de nosotros y abrimos esa caja de Pandora que, como todo el mundo sabe, esta llena de calorías y de cosas buenas. Lo peor no es que nos echaran del Paraíso, tampoco es que a partir de entonces tuviéramos que ganarnos el curro con el sudor de la frente o la de los demás. Fue que a partir de aquel mismo instante, y para toda la eternidad, los postres iban a engordar un huevo, pero de avestruz.

Que putada, y eso que era una triste manzana.