domingo, 10 de enero de 2010

ROBOTS

ROBOTS

El niño los observa con curiosidad. Parecen reales pero no lo son. No son como él. No son humanos. Es difícil apreciar la diferencia entre un humano y un robot. Pero el niño puede porque es el único ser humano de la Tierra. Que él sepa…Su cabeza siempre ha funcionado a mil revoluciones por minuto. Su mundo interior siempre le ha parecido más apasionante que la cruda y fría realidad de los robots. Gente que aparentan ser personas normales y corrientes pero sin un ápice de humanidad en su mirada. El niño es un observador nato: lo mira y remira todo con carácter detectivesco. Como si en un movimiento, una mirada o gesto pudiese descubrir qué se esconde realmente tras esa carne artificial.

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