HOMBRE DE HOJALATA
Mi papá era el mejor fabricante de hombres de hojalata. Desapareció joven con una metástasis de oxidación total en todo su cuerpo, lo vieron por última vez en un contenedor de reciclaje.
Antes de su triste final quiso plasmar en mí su obra mas sublime, para que fuera la envidia de toda la ciudad.Mi cuerpo era multicolor y desprendía un aroma que era una mezcla de mejillones en escabeche, espárragos y guisantes.
Escogió para cada parte de mi, lo mejor… para la cabeza empleó chapa de los mejillones, decía que tenían fósforo… para el cuerpo la de los guisantes eran duros y tersos…con la de los espárragos fabricó piernas y brazos que eran largos y flexibles.
El problema surgía siempre con el corazón. Probó con una de tomate que por lo menos era rojo, pero ni con la coca cola, por eso de la importación, funciono. Eramos casi perfectos, pero sin corazón, como muchos de los humanos que conocí en mi corta vida.
Poco a poco con el transcurrir de mi existencia, veía como se iba decolorando la piel, las articulaciones me dolían y el cuerpo se transformaba en manchas oxidadas, lo que me hacía presagiar que mi final sería rápido.
Un día recuerdo que desperté rodeado de latas y tetra brick y comprendí que sería reciclado.Desperté tras un tiempo eterno y vacío, solo reinaba una oscuridad total. El sitio era angosto y resbaladizo y solo se olía a sardinas en escabeche y pude comprobar la realidad de mi final.
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