lunes, 5 de septiembre de 2011

ERE ETA

La delicada situación económica de la banda terrorista ETA podría motivar la presentación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). La filtración, que ya ha provocado un gran revuelo entre los miembros de la banda, ha llegado a los medios esta mañana. La baja productividad de los miembros liberados, así como el momento de crisis tanto económica como política en ETA, podría dejar sin sueldo a un 30% de los actuales liberados.

Los errores son grandes y la falta de experiencia de los nuevos fichajes es evidente. Hace ya varios años que los miembros de ETA dejaron de cobrar pagas extra. Los despidos son frecuentes. El portavoz de la banda ha remarcado que en ningún caso aceptarán una ayuda de reflote ni de reorientación laboral por parte del Estado Español Opresor ya que no será necesaria. Las declaraciones de protesta no se han hecho esperar.El portavoz de la izquierda abertzale ha declarado que este hecho “perjudicaría a los sectores más desfavorecidos de Euskal Herria ya que en los últimos tiempos, ETA venía suponiendo una salida laboral para los jóvenes con coeficientes limitados o con una deficiente formación académica”. También ha añadido que esta labor social debería ser tenida en cuenta por el Gobierno Vasco “gobierne quien gobierne”.


El cambio de gobierno en la lehendakaritza, la actividad policial y en general la crisis que afecta a todo el sector, se encuentran entre las variables que han debilitado a ETA en los últimos años. Algunos apuntan que podría suponer el final de la banda. Los más críticos apuntan que ETA no ha sabido adaptarse a una industria que debe moldearse a los nuevos tiempos. La incursión en el mercado de las nuevas potencias emergentes como Al Qaeda provenientes de países con mano de obra más barata, ha desestabilizado el sector en el viejo continente. El IRA fue el primer gran afectado que terminó colgando el cartel de “closed”. El gigante irlandés, que fue considerado durante décadas como la mayor banda terrorista europea, acabó diluyéndose en un mercado cada vez menos definido en los primeros años de este siglo. El IRA ostentó el monopolio durante años y no supo adaptarse a la agresiva incursión de Al Qaeda en un mercado que creía propio: el asesinato de anglosajonesLos expertos vaticinan un final próximo para ETA, aunque sus dirigentes se empeñen en negarlo. Éste, como tantos otros sectores, nos llevan ante un problema global. Las ayudas no harían más que prolongar el periodo final de un grupo que debería reorientarse, aceptando que la globalización nos ha traído gente más competitiva y menos exigente que son capaces de hacer su trabajo de forma más rápida, con calidad y dándolo todo por una idea empresarial.

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