lunes, 23 de mayo de 2011

TIRAN MAS DOS TETAS QUE ...

Miles de personas se concentraron en la Puerta del Sol de Madrid para mostrar su indignación con la clase política y con la ley electoral. El día de ayer transcurrió con normalidad entre asambleas, reuniones en un clima de trabajo que incita a la reflexión.

Sin embargo, el ambiente se vio interrumpido cuando una chica de escote prominente irrumpió en la plaza haciendo que todos abandonaran sus quehaceres para mirarla de soslayo.“Cuando vi aquello dejé de pensar en la democracia, la verdad. Me quedé como en blanco y luego no recordaba ni qué hacía allí”, explicaba vía Twitter uno de los asistentes.

No solo los hombres la siguieron con la mirada, sino que el movimiento hipnótico de “esas dos alforjas de la libertad” también encandiló a las mujeres.

Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se hizo el silencio en Sol hasta que la propietaria del escote desapareció por la boca del metro, momento en el que se rompió el silencio y la plaza estalló en un sonoro aplauso que se prolongó durante quince minutos.

Posteriormente, los manifestantes volvieron lentamente a sus casas dejando la plaza desierta. No se descarta que la chica fuera enviada por algún partido político a fin de disolver la concentración.

“Lo que hemos vivido hoy aquí en Sol es histórico…”, explicaba otro joven testimonio. “Unos ‘pechotes’ así no se ven cada día en España. Eso sí que remueve conciencias. Eso sí que ha sido un movimiento y no los movimientos sociales”.

Pero no todos los concentrados eran jóvenes: encaramado al monumento del oso y el madroño, un hombre maduro con traje y corbata, explicaba: “Estaba aquí para defender un Estado laico, por el excesivo poder de los bancos y por la democracia… pero al final te das cuenta de que hay cosas que se imponen y no hay más tu tía. Y ese canalillo era imponente”. Tras decir esto se bajó de la estatua copio el metro y se fue a casa con su señora y sus hijos.En la Puerta del Sol quedaron atrás pancartas, cartones y carpas. “Tiran más dos tetas que dos rabietas” se podía leer en una de las paredes de la plaza.

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