«Yo, ej que no me guhta quearme con ná que no zea mío», declaró el interfecto.«Flojo. Pero, flojo, flojo, flojo... Qué tío más flojo, por Dios. Pero si nació cansao... Mi hija se ha queao con el tío más flojo que había en tó'l barrio. Si ej que es como el murciélago, que no apoya el lomo ni para dormir», apostilló su suegra. Menos mal que quedan personas honradas.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
ESTE TRABAJO...NO ES MIO
En un tiempo como el que nos ha tocado vivir, a la vista de la sociedad desnaturalizada en la que coexistimos, del marasmo de amoralidad que nos invade y de los corruptos valores que nos rigen, se duda a cada momento de que pueda existir entre nosotros un ápice de honradez, decencia y honestidad. Pero alguien nos ha dado a todos una tremenda lección. Al menos así nos lo ha demostrado con su gesto, Mingo Melatraefloja quien ayer, a última hora de la tarde y de forma accidental, encontró trabajo en una obra ubicada frente a su domicilio. Y ni corto ni perezoso, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo y sin detenerse a medir las consecuencias de su acto, acudió ipso flauto al encargado con el fin de devolverlo.
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