Es habitual utilizar la expresión “piel de toro” para referirnos a España, una imagen que debemos al geógrafo griego Estrabón, quien la utiliza en tres ocasiones en sus descripciones de Corría el año 1956. Tiempos de franquismo, de hambre, de represión... También de folclore, de fiesta nacional, de reivindicación de
El icono comercial llegó de la mano de Manolo Prieto, artista colaborador de la agencia Azor y encargado de dibujar un prototipo para el Brandy Veterano de Osborne. Esta empresa familiar del Puerto de Santa María (Cádiz) se había lanzado a producir licores en 1772 y buscaba un símbolo publicitario para identificar a uno de ellos. Así, sin saberlo todavía, se encontró con lo que sería el emblema de su marca. Era un simple trazo en negro que representaba la silueta de un toro bravo e iba a ser utilizado en una campaña exterior y en la etiqueta de la botella.Meses después, en noviembre de 1957, los primeros toros colonizaban las 'veredas' de la red de carreteras. Desde entonces, han conseguido hacerse un hueco en los lugares más destacados de la geografía española, convirtiéndose en símbolo cultural y fuente de inspiración para artistas de disciplinas que sobrepasan lo publicitario, como Dalí, Almodóvar o Bigas Luna.
Los primeros toros eran de madera, medían cuatro metros y llevaban la marca 'Veterano' pintada en blanco. En 1961 su naturaleza mutó. Sus constructores -la familia Tejada- optaron por la chapa metálica para evitar el deterioro e hicieron que crecieran hasta los siete metros. La publicidad funcionaba y justo entonces ocurrió algo que la convertiría en leyenda del sector: empezaron a llegar las "amenazas" en forma de normativa.La primera se aprobó en 1962. Una nueva ley sobre publicidad en carreteras fijó que todo anuncio estuviese a
El Toro de Osborne es mucho más que un símbolo comercial. En ocasiones, ha llegado a rozar el terreno político, como símbolo de la identidad de España, por lo que nacionalistas de Cataluña, Comunidad Valenciana y las Islas Baleares han boicoteado y derribado los expuestos en su territorio.
Entre 1990 y 1994 asociaciones y particulares incluso celebraron recogidas de firmas para convertir al toro en "símbolo cultural y artístico" de los españoles y salvarlo de la persecución a la publicidad exterior.En 1994, el Reglamento General de Carreteras del MOPTMA (Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente) puso otra vez en suspenso la vida del toro ordenando retirar todas las vallas. Y, de nuevo, parte de España salió en su defensa. Numerosos municipios ofrecieron su propio terreno para levantar estos anuncios y varias Comunidades se pronunciaron a favor de que se mantuviesen en sus carreteras. Las que más lejos llegaron fueron





