El Estado del Vaticano lleva años seleccionando embriones para asegurarse, en un futuro, nuevos católicos. El mismo Papa bendice una a una las “placas de San Petri” sobre las que trabajan los investigadores a los que instruye y selecciona.Su Santidad, que se ocupa de que sean capaces de detectar y rechazar a simple vista “aquellas almas que, tarde o temprano, se apartarían del camino del Señor”. Dentro de la comunidad católica, son pocas las voces discordantes con esta práctica de
“Jesus aprobaría lo que estamos haciendo aquí” dice Javier Lozano Barragán, responsable sanitario del Vaticano. “
“Esto no tiene nada que ver con la eugenesia que se propone desde algunos ámbitos progresistas y ajenos a la religión católica” se defiende el padre Heider, director del laboratorio de selección de embriones. “Es un asunto de Humanidad. Hace poco seleccionamos un embrión con una fe tan auténtica que, cuando sea mayor, podrá ayudar a su hermanito, que no tuvo tanta suerte. Sus padres están que no caben de gozo”.

