Yo los entiendo, ellos si hacen cosas importantes. Ríen, gritan, sueñan, Lloran, se abrazan, se besan. Y yo, ya no se a que saben los besos. Antes besuqueaba a mis nietos. Pero un día mi hija Laura, que acababa de tener un bebe dijo que no era bueno que los ancianos besaran a los niños, por cuestiones de salud. Desde entonces ya no me acerqué más a ellos, no fuera que les pasara algo malo por mis imprudencias. ¡ Tengo tanto miedo de contagiarlos ! Yo los bendigo a todos y les perdono, porque ¿Qué culpa tienen ellos de que yo me haya vuelto tan inservible?