PORFA... NO ME MANDES MAS EMAILS
Gracias por todas los correos que me habéis mandado durante todo este tiempo, que me han tenido ocupado tratando de encontrar algún pringao a quien mandárselas, y que no me las haya mandado antes a mi. Las he seguido al pie de la letra y gracias a ellas y a vosotros mi vida ha sido un infierno y he adoptado las siguientes actitudes.
Ya no saco el dinero de los cajeros porque me pueden clonar la tarjeta y después me roban la pasta. Dejé de tomar Coca-Cola después de enterarme que sirve hasta para quitar el sarro de los retretes y además oxida los cataplines y la ropa interior. 
Dejé de ir al cine por miedo a sentarme en una butaca y pincharme las bolas con algún objeto punzante infectado de SIDA. Apesto como un cerdo, porque dejé de usar desodorantes, ya que según vuestros correos, producen cáncer en los sobacos.
No hago caso a la luz roja del semáforo por miedo a que me droguen con la muestra de un perfume para robarme el coche, y quizás hasta me violen. Y ya debo 5.000 € en multas de tráfico. Dejé de consumir varios alimentos por miedo a los estrógenos, a los transgénicos y a no sé a cuántas gilipolleces más. Dejé de comer pollo y hamburguesas porque según vuestras mariconadas de correos no son más que carne de algún engendro horripilante criado en un laboratorio. Tampoco he vuelto a McDonald´s para no comer hamburguesas hechas con, además de la carne del punto anterior, una especie de lombrices. Tampoco follo con nadie por miedo a que los condones vengan pinchados aposta y me contagie de algo o me graben con cámara oculta para después extorsionarme.
Me gasté más de 500 € en limpiar de virus mi PC por los correos de vuestra puta madre que venían infectadas con algún virus. Doné unos 1.000 € de mis ahorros a las 638 cuentas de Amy Bruce, una niñita enferma que estuvo a punto de morirse unas 7.245 veces en 4.354 hospitales y que todavía tiene siete años de edad desde 1993. Dejé de hacer, tomar y comer tantas cosas, porque según esos malditos correos provocaban cáncer, disminuían la potencia sexual, etc... Estoy más aburrido que una ostra. Esperé durante años como un estúpido junto a mi correo, los 150.000 € que me mandarían Microsoft y AOL por participar en la prueba de rastreo de los e-mails. El prometido viaje por Europa con gastos pagados tampoco llegó de Mercadona. 
No recibí el millón de dólares, ni el Ferrari, ni tuve un fin de semana largo de diversión con Jennifer López (las 3 cosas que pedí como deseo después de mandar a 10 personas el Mantra Mágico enviado por el mismísimo Dalai Lama).Envié más de 500 firmas en contra de la guerra de Irak y ahora me dicen que estoy en una lista de terroristas sospechosos y que en cualquier momento me freirán a tiros o me ponen una bomba en el baño de mi casa. Firmé 54 hojas para la seguridad de nuestro país y colgué sábanas blancas de la ventana; ahora duermo con las bajeras porque me robaron todas las sábanas.
Después de recibir vuestros correos, mi vida cambió y estoy seguro de que todos mis actuales problemas y males son a causa de alguna mierda de correo que se me olvidó reenviar a 20 cabrones antes de 3 días y me cayó encima una maldición de dos pares de cojones. Y si estás esperando que algún cornudo(a) te reenvíe unas de tus cadenas de amor, felicidad o de amistad te puedes hacer una paja con un guante de esparto y sufrirás lo mismo.
Gracias por todas los correos que me habéis mandado durante todo este tiempo, que me han tenido ocupado tratando de encontrar algún pringao a quien mandárselas, y que no me las haya mandado antes a mi. Las he seguido al pie de la letra y gracias a ellas y a vosotros mi vida ha sido un infierno y he adoptado las siguientes actitudes.
Ya no saco el dinero de los cajeros porque me pueden clonar la tarjeta y después me roban la pasta. Dejé de tomar Coca-Cola después de enterarme que sirve hasta para quitar el sarro de los retretes y además oxida los cataplines y la ropa interior. 
Dejé de ir al cine por miedo a sentarme en una butaca y pincharme las bolas con algún objeto punzante infectado de SIDA. Apesto como un cerdo, porque dejé de usar desodorantes, ya que según vuestros correos, producen cáncer en los sobacos.
No hago caso a la luz roja del semáforo por miedo a que me droguen con la muestra de un perfume para robarme el coche, y quizás hasta me violen. Y ya debo 5.000 € en multas de tráfico. Dejé de consumir varios alimentos por miedo a los estrógenos, a los transgénicos y a no sé a cuántas gilipolleces más. Dejé de comer pollo y hamburguesas porque según vuestras mariconadas de correos no son más que carne de algún engendro horripilante criado en un laboratorio. Tampoco he vuelto a McDonald´s para no comer hamburguesas hechas con, además de la carne del punto anterior, una especie de lombrices. Tampoco follo con nadie por miedo a que los condones vengan pinchados aposta y me contagie de algo o me graben con cámara oculta para después extorsionarme.
Me gasté más de 500 € en limpiar de virus mi PC por los correos de vuestra puta madre que venían infectadas con algún virus. Doné unos 1.000 € de mis ahorros a las 638 cuentas de Amy Bruce, una niñita enferma que estuvo a punto de morirse unas 7.245 veces en 4.354 hospitales y que todavía tiene siete años de edad desde 1993. Dejé de hacer, tomar y comer tantas cosas, porque según esos malditos correos provocaban cáncer, disminuían la potencia sexual, etc... Estoy más aburrido que una ostra. Esperé durante años como un estúpido junto a mi correo, los 150.000 € que me mandarían Microsoft y AOL por participar en la prueba de rastreo de los e-mails. El prometido viaje por Europa con gastos pagados tampoco llegó de Mercadona. 
No recibí el millón de dólares, ni el Ferrari, ni tuve un fin de semana largo de diversión con Jennifer López (las 3 cosas que pedí como deseo después de mandar a 10 personas el Mantra Mágico enviado por el mismísimo Dalai Lama).Envié más de 500 firmas en contra de la guerra de Irak y ahora me dicen que estoy en una lista de terroristas sospechosos y que en cualquier momento me freirán a tiros o me ponen una bomba en el baño de mi casa. Firmé 54 hojas para la seguridad de nuestro país y colgué sábanas blancas de la ventana; ahora duermo con las bajeras porque me robaron todas las sábanas.
Después de recibir vuestros correos, mi vida cambió y estoy seguro de que todos mis actuales problemas y males son a causa de alguna mierda de correo que se me olvidó reenviar a 20 cabrones antes de 3 días y me cayó encima una maldición de dos pares de cojones. Y si estás esperando que algún cornudo(a) te reenvíe unas de tus cadenas de amor, felicidad o de amistad te puedes hacer una paja con un guante de esparto y sufrirás lo mismo.
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