



Los que juegan con la muerte cada tarde ante el último animal salvaje que nos queda, ¿Serán exiliados sin luces? ¿Se extinguirán? Quizá en esos paraísos de la realidad de donde los acaban de expulsar, terminen usándolos como protagonistas de una realidad virtual en algún videojuego. Ahora que soñábamos con el 3D, se van los toreros. Y preguntas ¿por quien doblan las campanas? Lloran por ti que no sabes torear.