Los controladores españoles saldrán de rositas, como siempre, frente a los gravísimos daños económicos causados a España a los españoles en el peor momento posible. Puede que la justicia acabe actuando. Incluso es posible que la fiscalía actúe con condenas. No parece descabellado, si recordamos la ocupación de las pistas del Prat, en aquella ocasión se inculpo a 23 implicados.
Más allá del ineludible cumplimiento de la ley, estos incontrolados controladores debieran haber reparado en el enorme perjuicio colectivo. En apenas 24 horas, las compañías han perdido más de 400 millones de euros. ¿Se atreverían a calcular sin sentir vergüenza cuantos parados podrían seguir cobrando los únicos 426 euros mensuales que les quedaban para subsistir y que ellos ganan en menos de una jornada de trabajo?
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