El agotador ejercicio de recorrer dependencias y ventanillas y de una inmensidad de llamadas a teléfonos interactivos, lo deja a uno hecho unos zorros. Y nos da la posibilad de que en este país falla casi todo.
Ha pasado un mes y todo sigue igual. Se pidió mantenimiento de línea a telefónica, lo cambiaron. Se volvió a reclamar después de horas y horas intentando hablar con alguien, cosa difícil. De momento el teléfono no funciona. La empresa del gas perdió los papeles de tramitación y a fecha de hoy, mas de un mes después no hay gas.
Eléctricas ignoro la solicitud de una menor potencia, que habrá que volver a contratar, cuando a ellos les vaya bien, dentro de un mes nos enviaran otro contrato. De momento, y para recordarnos que todo esta pendiente de gestión, han colocado unos enormes precintos. Aquí seguimos, sin teléfono, sin luz, sin gas, sin agua y totalmente desmoralizados y sin poder protestar. España no va bien
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