No lejos de allí, en un bar, una chica espera la llegada de un joven, e intuye que de este encuentro saldrá una relación duradera, pero nadie acude a la cita. No sabe que durante las fiestas aumenta en más de un 30 por ciento los plantones. Esto se debe a los atascos y principalmente a intoxicaciones etílicas, que te dejan sin saber donde estas ni quien eres.
Los hoteles están contentos por la ocupación, aunque algún turista se ha largado sin pagar la factura y dejando el mini-bar en pelotas. Los servicios de urgencias han trabajado a tope atendiendo sobredosis de calimocho y otras cosas.
La Visi ha preferido quedarse tumbada en el sofá, viendo Gran hermano. Aunque lo ha pasado bien estos días de fiestas, esta hecha unos zorros y sin un duro. Y es que diez días de fiestas, agotan a cualquiera, mental y económicamente. Su marido, imagino estará también destrozado de estar los 10 días con el taxi dando tumbos sin horario fijo. Esperaremos otro año para volver a las fiestas.
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