Cosas de cuando había castañeras, tranvías, televisión en blanco y negro, y grises que, porra en ristre, les partían la cabeza a los melenudos cuando iban a la facultad. En fin, una juerga.
La cosa es que el potaje está muy rico y no lo vamos a demonizar por un quítame allá esas vigilias. Eso sí, a tono con los tiempos actuales, vamos a modernizarlo, sustituyendo el tradicional bacalao, que no me gusta, por unos filetes congelados, para fresca no nos llega con la crisis, de merluza en salsa verde. De Pescanova, que como esta congelada no lleva el anasakis de los huevos, claro.
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