Yo le dije a la parienta, apaga todas las luces que nos sumábamos también al apagón interestelar. Lo malo es que me rozo la entrepierna y zas! Subidon que me dio… y claro, en estas circunstancias normalmente pasa lo que pasa. Pero la verdad será muy ecológico, pero sin una puñetera lucecita de ambiente… sin una triste melodía relajante… sin ver una tanguita sugestiva… no es lo mismo, la verdad. Para colmo con la oscuridad tiramos la copita de cava por el mantel de lino, ese que no se van las manchas. Si no llega a ser por los ladridos casi se la endiño al chucho. Después de recomponer estropicios de aquellas maneras, sonó el teléfono, como siempre ofreciendo ADSL a mitad de precio! No gracias ¡, volvimos a retomar lo nuestro.
Con tanta oscuridad no había manera de encontrar el puñetero condón, solo palpaba la bolsa de las pipas, menos mal que eran sin sal. Cariño pon otra copita, anda mi amor, y como mi perro, no es un perro guía, a tenton inicie el camino a la cocina. Solo me faltaba la última revuelta del pasillo. ¡Zas! Me había partido el tabique nasal.
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