a quienes consideran culpables de obstaculizar el viaje a Benidorm que les tocó de regalo en la tapa de un yogurt de limón.
“No tienen vergüenza, es una desfachatez”, declaró hecha una furias y echando espuma de afeitar por la boca Teresa Rivera, esposa de José María y ex presidenta del Rayo Vallecano. Mientras, su marido acudió a los juzgados madrileños de Plaza de Castilla vestido de Spiderman y luciendo en su mano derecha la polémica tapa del yogurt. “Bribones, además estaba caducado… pero como no tenemos casi ni para comer fuimos a rebuscar en uno de los contenedores del Carrefour de Somosaguas”.
El empresario de Nueva Rumasa hizo además una magnífica exhibición de malabares con varios paquetes de quesitos de El Caserío. Poco a poco fue ganando en intensidad el espectáculo y pasó a hacerlos con cuatro botellas de litro de Cacaolat. Los comités de empresa de algunas de sus fábricas, que casualmente pasaban por allí, no dudaron en ovacionar al jerezano.
Para rematar la faena, el bueno de José María y uno de sus hijos hizo un baile mientras sostenía en lo alto de un palo colocado en su nariz un flan Dhul. Maravilloso.
Tras declarar en los tribunales, y arropado por su manada de familiares, hijos, nietos y un grupo de mapaches violentos, acudieron a la catedral de la Almudena para enfrentarse cara a cara con los trabajadores de Clesa.
“Se han encadenado como salvajes. Seguro que alguno de estos ha sido el que se ha pillado el viaje a Benidorm”, declaraba Teresa Rivero, disfrazada con una careta de Scream.
Ahora habrá que esperar la decisión de los jueces. Según la jurisprudencia dada en anteriores reclamos de viajes por las tapas de los productos lácteos, es muy probable que el tribunal dé la razón a los Ruiz-Mateos y que los “haraganes“, según calificó el empresario, de sus trabajadores tengan que costear de su bolsillo el viaje. Seguiremos muy pendientes del caso.
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