JI...,JI...,ME MUERO DE LA RISA

Había en España unos cómicos, que chuparon mucha carretera y mucho hostal de mala muerte, había días que tan apenas tenían un mendrugo de pan que echarse al cuerpo, pero lo daban todo cuando subían a un escenario. Lo contó admirablemente Fernán Gómez en “El viaje a ninguna parte”.

Antonio Ozores, dejo de reirse hace unos pocos días, fue uno de ellos. Pertenecía a una saga dedicada al teatro y al cine. Me costo cogerle el punto. Cortos de miras por nuestra parte, nos quedamos con un cine de subsistencia y destape, olvidándonos de comedias como “Los tramposos”. Creo que a Antonio Ozores le paso, durante unos años, lo que a otros colegas, no los estimábamos porque creíamos que no están a la altura de las circustancias. Y los que no dimos la talla fuimos nosotros, hasta que descubrimos que grandes artistas eran. Tanto Ozores y otros muchos cómicos como el, se han engrandecido con el paso del tiempo. De hecho, estaría bien que ciertos directores y actores de la comedia tomaran nota, porque la mayoría de ellos están haciendo no solo buenos, si no genios y maestros a quienes antes también nos costo valorar.

Gracias por hacerme reír, no como algunos que hacen llorar.