domingo, 31 de enero de 2010

DOLL

DOLL

Llevábamos tres años juntos. Vi abrir la puerta y dejar un paquete a mi lado, del pequeño habitáculo donde me recluía. Una gran caja que me recordó como y porque había llegado hasta aquí. Aunque ya había olvidado, tal vez victima del síndrome de Estocolmo, que poco a poco me hizo olvidar lo que era y enamorarme de mi propio verdugo. Hacia ya tres años que me había llevado a su casa, vivia solo y tenia novia, aunque normalmente su vida de pareja la hacia en casa de ella. Alguna vez ella venia aquí, cenaban y después hacían el amor, apenas a dos metros de mi, de donde yo estaba escondida. Alguna vez incluso pensó hacerme participe de sus juegos sexuales, algo que no me hubiera importado, pero al final lo desechaba, era algo que ella no llegaría a entender.


Desde mi reclusión les oía hacer el amor, pero comprendía que aparte de tenerla a ella, también me necesitaba. Yo no tenía horarios, jaquecas, malos días, siempre estaba dispuesta y complaciente, no tenía prejuicios ni tabus, era toda suya. Veía que con ella todo era metódico y monótono, pero conmigo era pura pasión y fuego y eso me agradaba. Era extraño pero estaba enamorada de el, sabia comprenderlo y disculparlo.Ahora estaba a punto de sacarme de su vida. Lo comprendí al leer en aquella caja, que había dejado a mi lado y que ponía: Natasha Asían Realdoll Silicone . Una Perfecta cara de adolescente se dejaba entrever por una ventanita de perxiglass. Era una nueva generación de silicona contra la que no tenía ninguna posibilidad. Aquella misma noche desde el cubo de basura en la oscuridad de la noche y desinchada les oí por última vez. Intente llorar, pero no pude.

1 comentario:

Anónimo dijo...

UNA VIRGERIA DE BLOG Y CUANDO AHORRE ME COMPRO UNA DOLL